ANTONIO MORO
en Taller La Plata
Confía en su casa intemporal
Cómo perduran algunas hojas del poema
Con el límite de la espada el silencio
El cobijo de un nido para hablar
Los sueños al borde de la intemperie
O la espera de una forma con la arcilla
Entendiendo que la vida nos quiere allí
Escuchando la respiración de lo que nace
Nos visita Antonio Moro en Taller La Plata / Su último libro de poemas es Huso del olvido, editado por El Espejo Ediciones, en Córdoba, septiembre de 2021 / Acerca de este libro escribió Julián Axat:
“Huso del olvido (2021), un poemario afinado con precisión, que juega sobre los pliegues y repliegues de la memoria y el tiempo.
Si aceptamos que el olvido es, como la memoria, fundador de un cuerpo político, no podemos dejar de percibir que los “usos” del olvido y la memoria son formas de sesgar la trama política (que nunca es neutra y es siempre funcional a una forma de poder, ¿de qué o de quien es coartada el olvido?). Y en esto al trastocar la palabra “uso” en “huso”, el agregado de la “h” redefine el concepto y se transforma en un hilado que tuerce y retuerce dicha trama cual ritornello. El hilo que se va formando en la rueca; el que teje (o desteje) una salida del olvido y la memoria del laberinto. ¿A quién favorece “el huso”, ya no “el uso”?
¿Acaso el poeta no cumple cierta función, y como Ariadna y teje con la lengua, hila sus fibras textiles más profundas para devolver un pasado que muchos quieren dar por muerto? Dice Moro: La memoria deconstruye la vida / Disipa la bruma del olvido en la confianza/ En las visiones que continúan el relato…
Ya la tapa del libro, con la pintura de Remedios Varo (“Simpatía -la rabia del gato-”, 1955) nos brinda una pista a través de las luces y entramados en el espacio. Porque “huso” es también zonificación del tiempo, su distribución cartográfica (como “huso” horario); por lo tanto en ese plano, “huso del olvido” funciona como una suerte de mapeo de los tiempos perdidos, a recobrar de la inmensa amnesia y espacialidad contra la que lucha la poesía a diario (no olvidemos al gran Aldo Pellegrini, que decía que la poesía lucha a diario contra los imbéciles).
¿Qué significa entonces que la memoria debe curar los husos del olvido? ¿Significa que la poesía puede protegernos de algún modo estas astucias? Lo dado trae paciencia de su huso, Antonio Moro escribe sus versos en el desfasaje entre el tiempo y los hechos. El recuerdo de las palabras y las cosas es también (como en Mallarmé) un golpe de dados vital frente al silencio y el azar. El resto, es el poeta.
Como dice Raúl Vidal en el epílogo (Inxordio), ¿Hay un narrador del poema? Me atrevo a decir que sí. Entonces, cuando el narrador en esta poesía hace uso de la tercera persona se metamorfosea en huso. Coherencia. La poesía que desgrana, por detrás de la música y el alivio tenso, narra. “Sin apropiarse de un sino”, narra… No hay vanidad en lo que enuncia quien narra el poema, ya que se ubica a justa distancia del aedo y no se disfraza de poeta. Acá el narrador es, sin buscarlo y por sortilegio del lector, poema.
Poesía, hija pródiga que nos cuidas… Quizá la memoria cure el huso del olvido.”
(Publicado en El País Digital, 2 de diciembre de 2021)
Visitó las casas del deseo con lo dado
Con el azar imposible de predecir
Y la flecha de la piedad en el corazón
Creyendo que el dios de las formas
Se sienta junto al pastor del mundo
Y el otro que desvanece el presente
Sobre la esterilla que habla del hambre
Detrás de las matas de su costumbre
Ella señala las hierbas que no crecieron
Antonio Moro nació a la vera del Río Suquia, Córdoba, en 1955 / Poeta, actor, librero y editor /
Lo mira hoy y ayer fue
Esa tarde de esquivo presagio
Barullo desafortunado la mente
Dogo mordaz la demencial pasión
Su cara mudando en el espejo
De la descendencia a la ausencia
Solo escribe lo que no fue
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José María Pallaoro, Horacio Preler y Antonio Moro, La Plata, 2006 |
Fotos: Archivo de La talita Dorada / jmp /
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-