Todas las
mañanas tomás mate en la cocina de tu casa, pero desde hace unos días encendés el fuego, tu pequeño fuego, en medio del
mar.
Donde sea, las gaviotas chillan como si el ancla temblara en el barro más
profundo.
A lo mejor hoy es el día, nunca se sabe, pero llueve como si lo fuera.
En: “Como sólo la muerte es
pasajera. Poesía reunida”, Entropía, 2013.
Alberto Szpunberg (Buenos
Aires, 1940).
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