"Y recordá / la vida / no es más que estos pedazos de nosotros / compartidos con los demás"

martes, 26 de junio de 2012

Taller de lectura y escritura creativa en City Bell


Sigue inscripción:

TALLER MUNDO DESPIERTO

Martes y Jueves 18:30 hs.

City Bell / Lectura y Escritura Creativa: 
poesía y narrativa breve. 

Coordina: José María Pallaoro 


Cupos limitados

Encuentro previo con el coordinador

Informes: jmpallaoro@gmail.com 
Asunto del mail: Taller de escritura


V
Juan Carlos Bustriazo Ortiz
(Santa Rosa, La Pampa, 1929-2010)

              Te regalé unas cuentas indias

y había un color de aroma hereje tan sobre mi caía el
cielo amarilleaba su piel verde yo sé que labro joya
oscura sólo por vos que me la entiendes porque a vos
te hablo en esta piedra enrumorada de caldenes quién
sino vos me la naciste y en quién sin vos ella se mece
te di en la tierra qué colores sonorositos magamente
remotas gemas de collares ascuas de piedras de otras
gentes besos de piedras recobradas entre tus manos
vieja fiebre alegría vieja o amoríos de aquella aquel que
están sin frente te regalé gualicheríos piedras de dulces

              redondeles

viernes, 1 de junio de 2012

Taller de lectura y escritura creativa en City Bell, junio


TALLER MUNDO DESPIERTO

Martes y Jueves 18:30 hs.

City Bell / Lectura y Escritura Creativa: poesía y narrativa breve. 

Coordina: José María Pallaoro 


Cupos limitados

Encuentro previo con el coordinador

Informes: jmpallaoro@gmail.com 
Asunto del mail: Taller de escritura


LA TRAMA
Jorge Luis Borges
(Argentina, 1899-1986)


Para que su horror sea perfecto, César, acosado a pie de una estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las casacas y los aceros la de Marco junio Bruto, su protegido, acaso su hijo y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.
Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): Pero ¡ché! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.