TALLER
CRISTINA PERI ROSSI
(Montevideo,
Uruguay, 12 de noviembre de 1941)
PARA QUÉ SIRVE LA LECTURA
Me llaman de una
editorial
y me piden que
escriba
cinco folios
sobre la necesidad de la lectura
No pagan muy bien
¿quién podría
pagar bien por un tema así?
pero de todos
modos
necesito el
dinero
así que enciendo
el ordenador y me pongo a pensar
sobre la
necesidad de la lectura
pero no se me
ocurre nada
es algo que
seguramente sabía cuando era joven
y leía sin parar
leía en la
Biblioteca Nacional
y en las
bibliotecas públicas
leía en las
cafeterías
y en la consulta
del dentista
leía en el
autobús y en el metro
siempre andaba
mirando libros
y me pasaba las
tardes en las librerías de usados
hasta quedarme
sin un duro en el bolsillo
tenía que volver
a pie a casa
por haberme
comprado un Saroyan o una Virginia Woolf
Entonces los
libros parecían la cosa más importante de la vida
fundamental
y no tenía
zapatos nuevos
pero no me
faltaba un Faulkner o un Onetti
una Katherine Mansfield o una Juana de Ibarbourou
ahora la gente
joven está en las discotecas
no en las
bibliotecas
yo me hice una
buena colección de libros
ocupaban toda la
casa
había libros en
todas partes
menos en el
retrete
que es el lugar
donde están los libros
de la gente que
no lee
a veces tenía que
seguirle durante mucho tiempo
las huellas a un
libro que había salido en México
o en París
una larga
pesquisa hasta conseguirlo
No todos valían
la pena
es verdad
pero pocas veces
me equivoqué
tuve mis Pavese mis Salinger mis Sartre mis Heidegger
mis Saroyan mis Michaux mis Camus mis Baudelaire
mis Neruda mis Vallejo mis Huidobro
para no hablar de
los Cortázar o de los Borges
siempre andaba
con papelitos en los bolsillos
con los libros
que quería leer y no encontraba
por allí andaban
los Pedro Salinas y los Ambrose Bierce
la infame turba
de Dante
pero ahora no
sabía decir para qué maldita cosa
servía haber
leído todo eso
más que para
saber que la vida es triste
cosa que hubiera
podido saber sin necesidad de leerlos
Cuando habían
pasado cinco horas yo todavía no había escrito
una sola línea
así que me puse a
escribir este poema
Llamé a los de la
editorial
y les dije creo
que para lo único que sirve
la lectura
es para escribir
poemas
no puedo decirles
más que eso
entonces me
dijeron que un poema no servía,
que necesitaban
otra cosa.
De Playstation,
2009
Hay dos ideales de escritora: “la poeta”
(o “el poeta”) que desprecia los otros géneros porque tiene una idea muy
elevada de la poesía, y una escritora que, como yo, piensa que la literatura
–hasta la poesía– se expresa en diferentes formas, no exclusivamente en verso,
y ni siquiera, siempre, en verso. Mi ideal es una escritura lo más abarcadora
posible, y hay “asuntos” –por no decir
temas- que exigen más lo narrativo que lo metafórico, y no he querido
renunciar a ellos. Como lectora, no podría renunciar a los cuentos
de Salinger o de Saroyan, ni a la gran novela de Proust, ni a los
inteligentísimos ensayos de McLuhan o de Susan Sontag, de modo que, como
escritora, he pretendido abarcar todas esas formas de expresión, pero teniendo en cuenta que la escritura es,
siempre, artificio (arte hecho), es decir, creación deliberada de belleza.
Aún la belleza de la fealdad o del mal. (No en vano Baudelaire tituló su
poemario Las flores del mal.)
En cuanto a la poesía, es una esencia, no una forma. Yo encuentro tanta poesía –desolada, solitaria, final– en un cuadro de Hopper como en una película de Visconti, un grabado de Eduardo Sanz o, a veces, en el gesto de una mano, en una mirada. Como toda esencia, la poesía es irreductible: no se puede definir. No hay poesía en todos los poemas –hay más mala poesía publicada que buena y está bien que así sea: si toda fuera buena, no podríamos distinguirla de la que no lo es– pero a veces la hay también, y mucha, en otras formas de expresión.
Para mí, la poesía es percepción y emoción, asuma la forma que asuma (verso, palabra, relato, escena, composición musical). Pero no cualquier percepción ni cualquier emoción. Se trata de una percepción no vulgar, de una emoción no vulgar. La poesía exige un refinamiento de los sentidos y de la inteligencia. Como se trata de una percepción, tenemos que ser muy humildes: yo he escuchado decir que hay poesía en un gol de Ronaldinho, y para quien lo dice, eso es poesía. La poesía está en la mirada de quien contempla, no en la cosa en sí. Está en la percepción, no en el objeto.
En cuanto a la poesía, es una esencia, no una forma. Yo encuentro tanta poesía –desolada, solitaria, final– en un cuadro de Hopper como en una película de Visconti, un grabado de Eduardo Sanz o, a veces, en el gesto de una mano, en una mirada. Como toda esencia, la poesía es irreductible: no se puede definir. No hay poesía en todos los poemas –hay más mala poesía publicada que buena y está bien que así sea: si toda fuera buena, no podríamos distinguirla de la que no lo es– pero a veces la hay también, y mucha, en otras formas de expresión.
Para mí, la poesía es percepción y emoción, asuma la forma que asuma (verso, palabra, relato, escena, composición musical). Pero no cualquier percepción ni cualquier emoción. Se trata de una percepción no vulgar, de una emoción no vulgar. La poesía exige un refinamiento de los sentidos y de la inteligencia. Como se trata de una percepción, tenemos que ser muy humildes: yo he escuchado decir que hay poesía en un gol de Ronaldinho, y para quien lo dice, eso es poesía. La poesía está en la mirada de quien contempla, no en la cosa en sí. Está en la percepción, no en el objeto.
…
Para mí (la
poesía) cumple dos funciones:
primero, es la memoria de las emociones
y de los sentimientos. Nos da la identidad contra el olvido. La segunda función es la de espejo, es el
otro lado del espejo de lo real: abre las puertas para acceder a esa zona de lo
íntimo a la que la novela no llega, porque cuenta hechos. A la poesía le basta
con expresarlos.
Los
textos forman parte de estudio en ejercicios de taller.-
DISTANCIA JUSTA
ResponderEliminarEn el amor, y en el boxeo,
todo es cuestión de distancia.
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar.
Pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
(CPR, Otra vez Eros, 1994)