"Y recordá / la vida / no es más que estos pedazos de nosotros / compartidos con los demás"

martes, 21 de agosto de 2018

César Amiel, Encuentro en Taller La Plata con Néstor Mux















TALLER CÉSAR AMIEL
(Berisso, 1965)
RESEÑA DE LECTURA
NESTOR MUX, DISCULPAS DEL IRASCIBLE

     Como participantes del taller literario "Mundo despierto" que coordina José María Pallaoro, hemos tenido el gusto de conocer -a través de la Antología Disculpas del irascible- al poeta platense Néstor Mux. Como reseña de trabajo decidimos elaborar una humilde visión literaria sobre la poesía del autor.

    Hemos pensado mil formas de contextualizar la obra literaria de Néstor Mux: Si puede o no encuadrarse en las características de la poesía clásica, o definirse como prosa escrita en versos, o si es o no conceptual.... Y, sin embargo, todas nuestras herramientas se fueron desvaneciendo a medida en que avanzamos en la lectura.

   Pues bien... Si tendríamos que expresar algo primordial en cuanto a la experiencia literaria que descubrimos en la obra del poeta, deberíamos de destacar "la emoción experimentada al encontrarnos con la persona del autor".

   Y esta emoción en el encuentro, se enraíza -más allá del talento literario que disfrutamos- en la condición humana que asoma en las letras de Nestor Mux por sobre todo otro tipo de consideración. Una poesía que transpira honestidad artística y personal, una poesía intima que evita de manera casi deliberada todo tipo de expresión grandilocuente. Un texto sincero, con profundo contenido filosófico que le escapa a las grandes definiciones del mundo -tan tentadoras y facilistas- para bucear en lo profundo de lo cotidiano sin ninguna otra ambición.

   Lo cotidiano pensado como una realidad insondable, poniendo en duda cada una de las conductas sociales aceptadas y respetadas: la falacia que representa el materialismo, lo ilusorio de la fama y poder, todo los prejuicios colectivos que tenemos en cuanto a la salud mental. Cada visión de época es interrogada por Mux en su obra, y a partir de su duda -con una inmensa cuota de sensibilidad-, reconstruye la percepción de su mundo en forma intima, sin ninguna vocación proclamatoria.

   El mundo de Mux no difiere en apariencia del mundo de cualquiera de nosotros: las cosas de la casa, los recuerdos de la infancia, la escuela, el barrio, los amigos, la familia. Todo lo que a cualquiera nos puede resultar trivial, el poeta, en cambio, lo transforma en mensajes de vida resignificados y sustentados por dos pensamientos que se denotan trascendentales en Mux: el respeto hacia lo femenino y el amor.

    Leyendo su antología Disculpas del irascible, observamos en general un cambio en la poesía a partir de Papeles a consideración (2004).

    En su primera parte percibimos un poeta más ensimismado, desvelado por empatizar y definir cada una de las cosas que lo rodea, asirse de la realidad en su puño, poesía escrita primera persona del plural, distante, nostálgico e incomprendido.

    A partir de Papeles a consideración, sentimos una poesía más iluminada, con una visión optimista y más cosmopolita, notoriamente atravesada por el amor. Una comunión más profunda del poeta con su mundo, textos más esperanzadores y comprometidos. Vemos también con mayor frecuencia, poesías compuestas en primera persona.

    Y para finalizar, fuimos al encuentro literario con el autor y resultó, para nuestro asombro, un encuentro casi personal, un retrato de vida pintado en letras.



El encuentro con Néstor Mux se produjo en Taller La Plata, el jueves 2 de agosto de 2018
César Amiel es integrante del Taller Mundo despierto
Foto: A la izquierda, parados, César Amiel, Camila, JMP y Néstor Mux

Antes del encuentro

Los textos forman parte de estudio en ejercicios de taller.-

domingo, 5 de agosto de 2018

Marcelo Steblak, Encuentro en Taller La Plata con Néstor Mux










TALLER MARCELO STEBLAK
(La Plata, 1965)
ENCUENTRO CON NÉSTOR MUX
(ENCUENTRO CON LA POESÍA)

     Por fin la espera dejó de serla. Llegó el jueves 2 de agosto donde nos convoca el Taller Literario Mundo Despierto de José María Pallaoro al encuentro con Néstor Mux, poeta que nació en La Plata en 1945.
     Llegamos al Taller con Adriana con la grata sorpresa de que Néstor ya nos estaba esperando junto a José María. Ese hecho en sí mismo me pareció  de una humildad increíble,  de esas personas que trasmiten su arte sin pedir nada a cambio.
     Los demás participantes: Mirta, César, Camila y Laura, tía de Camila,  fueron entrando al departamento para comenzar un jueves distinto.
     Néstor extendiendo su mano para un saludo cordial  y con algunas preguntas sobre cada uno de nosotros producía en ese primer contacto la ruptura de la distancia.
     José María empezó leyendo un fragmento del capítulo “Poesía y poema” del libro El arco y la lira de Octavio Paz. Fue el disparador para una noche especial.

     La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación, compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no dirigido. Hija del azar; fruto del cálculo. Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas; creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la idea. Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música, símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza, moral, ejemplo, revelación, danza, diálogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de los escogidos, palabra del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria, colectiva y personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay quien afirma que no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana!
     ¿Cómo no reconocer en cada una de estas fórmulas al poeta que la justifica y que al encarnarla le da vida? Expresiones de algo vivido y padecido, no tenemos más remedio que adherirnos a ellas —condenados a abandonar la primera por la segunda y a ésta por la siguiente. Su misma autenticidad muestra que la experiencia que justifica a cada uno de estos conceptos, los trasciende. Habrá, pues, que interrogar a los testimonios directos de la experiencia poética. La unidad de la poesía no puede ser asida sino a través del trato desnudo con el poema.
     Al preguntarle al poema por el ser de la poesía, ¿no confundimos arbitrariamente poesía y poema? Ya Aristóteles decía que «nada hay de común, excepto la métrica, entre Hornero y Empédocles; y por esto con justicia se llama poeta al primero y fisiólogo al segundo». Y así es: no todo poema —o para ser exactos: no toda obra construida bajo las leyes del metro— contiene poesía. Pero esas obras métricas ¿Son verdaderos poemas o artefactos artísticos, didácticos o retóricos? Un soneto no es un poema, sino una forma literaria, excepto cuando ese mecanismo retórico —estrofas, metros y rimas— ha sido tocado por la poesía. Hay máquinas de rimar pero no de poetizan Por otra parte, hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos: son poesía sin ser poemas. Pues bien, cuando la poesía se da como una condensación del azar o es una cristalización de poderes y circunstancias ajenos a la voluntad creadora del poeta, nos enfrentamos a lo poético. Cuando —pasivo o activo, despierto o sonámbulo— el poeta es el hilo conductor y transformador de la corriente poética, estamos en presencia de algo radicalmente distinto: una obra. Un poema es una obra. La poesía se polariza, se congrega y aisla en un producto humano: cuadro, canción, tragedia. Lo poético es poesía en estado amorfo; el poema es creación, poesía erguida. Sólo en el poema la poesía se aisla y revela plenamente. Es lícito preguntar al poema por el ser de la poesía si deja de concebirse a éste como una forma capaz de llenarse con cualquier contenido. El poema no es una forma literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre. Poema es un organismo verbal que contiene, suscita o emite poesía. Forma y substancia son lo mismo.

     Una de las primeras apreciaciones de Néstor sobre el texto de Paz es que está muy bien. Resalta cómo los opuestos definen con maestría lo que representa la poesía. Ostenta, según Mux, todos los rostros y no representa a ninguno (risas de Néstor). En este fragmento, en la primera línea, el poeta se perdió en la palabra “poder”. Él nunca advirtió dominio sobre nada. Nos dice que la intención del poeta es crear un puente  entre el lector y el escritor.
     César, en ese instante, nos lee una parte de su reseña donde hace hincapié  en que la poesía de Néstor es una catarsis de sentimientos, que transpira honestidad artística y personal. Palabras que llegan hondamente al autor.
    ¿Qué es lo que hace que un texto sea un poema?
     En la naturaleza hay seres vivos: personas, animales, plantas. El poema para ser tal tiene que ser un agregado a esa naturaleza, tiene que estar vivo al abrir el libro. La poesía dice lo que otros géneros no pueden decir (lo indecible). Mirta hace referencia a un  poema que le gustó mucho “Posesiones”. Mux dice que utiliza lo material (la “sartén”) como excusa para transcender, en lo sencillo encuentra el pretexto para revelar lo que nos quiere transmitir. Y nos lee su poema.
     ¿Cómo fue tu encuentro con la poesía?
     A los 18 años formé un grupo con Oteriño, Ponce de León y Dillon, con quienes editamos una serie de cuadernillos. Fueron aproximaciones malas a la poesía. En esos tiempos pegábamos afiches en la calle. En  ese acto de rebeldía conocí a quien fuera mi mujer durante 33 años.  
   ¿Por qué empezó a escribir?, preguntó Camila. Para sorpresa de todos nos respondió que no sabía. Entonces quise saber cuándo sintió que encontró su tono, su voz. A partir de Nosotros en la tierra (1968), dice.
     César lee otro párrafo de su reseña donde nos dice que el mundo de Mux no difiere en apariencia del mundo de cualquiera de nosotros: las cosas de la casa, los recuerdos de la infancia, la familia. En ese momento recuerda el poema “Remolques y memorias” que hace referencia a su padre,  lo pudo escribir 5 años después de su  muerte. Fue importante en su vida. Dijo que recuerda que era un hombre de poco diálogo pero que cumplía muy bien su rol dentro de la familia. A Laura cada vez que lo escucha le surge  inmediatamente una emoción reparadora.  Adriana comenta que ese “remolque” no es sólo en sentido literal sino también metafórico y le menciona otro de sus poemas, inédito aún, “Olores”. Mux detiene su mirada en el poema. Lo lee.
    Sobre la poesía, Néstor comenta que el esfuerzo tiene que ser proporcional entre el escritor y el lector. Y a su vez lo visualiza como una naranja donde cada uno puede sacarle el jugo o no. Lo que más le agrada es lo que el lector imagina, por eso no se siente a gusto con los escritores herméticos porque no puede entrar ni salir de sus textos. Le agrada la sencillez de las palabras para alcanzar la profundidad.
    En distintas oportunidades, llamamos a nuestro profesor “Palla”, y esa mención le resulta un acierto de nuestra parte. Yo siempre lo llame Pallaoro, dijo.
    ¿Cualquiera puede escribir? Nace como interrogante en el grupo. Mux sostiene que todos pueden escribir pero no todos pueden llegar encontrar la manera de trasmitir lo que buscan.
    ¿Cómo aparece el poema?
     Dice que nunca escribe por compromiso; siente que algo puede ocurrir cuando un pensamiento, razonamiento lo empieza a perseguir como una sombra. Hay que meterse de lleno cuando llega la idea y encontrar el resquicio por donde pasar. Néstor considera que Juan José Hernández es demasiado literario en algunos de sus poemas; no así en sus cuentos donde realmente se  muestra sincero, por eso prefiere su narrativa. 
    ¿Corrige mucho sus textos?
     No corrijo mucho, sólo lo necesario para encontrar el tono. Una vez finalizados mis poemas Pallaoro es uno de mis primeros lectores como lo fue mi madre en su tiempo. Sus miradas me confirman que lo realizado es digno de estar escrito. Una anécdota le viene a la memoria cuando habla de las miradas. “Se encontraban varios poetas compartiendo un asado en mi casa. Yo estaba terminando un texto en mi Lettera 22, los versos cubrían toda la página. Se aproxima por detrás el poeta Horacio Nuñez West, y me dice que el poema estaba en las primeras líneas. Y quedó el texto definitivo. Se llama “Juanpedro”.
     César lee su reseña y Néstor concuerda con lo escrito sobre sus temas, la evolución de sus textos, los sentimientos. Nos comenta que los textos crecen con uno. Allí comenzamos a nombrar poemas que nos llegaron: “Perros atados”, “Muchachos”, “Fotografía en el hospital”. Para ordenarnos, como en distintos momentos del encuentro, José María vuelve a las preguntas: ¿Admirás a Fellini?
Sí, sostuvo Mux, aprendí mucho de él. Sus películas son perfectas, a pesar de que en vez de filmar el mar, utilizaba nylon para recrearlo. Era un gran mentiroso, brillante. Pero a mí no me sale mentir, soy sincero. Entre escribir sobre los cisnes en Bélgica y una situación familiar, elijo lo conocido. Algo que también siempre nos trasmite nuestro profesor.
     Pallaoro le pregunta acerca de Edgar Bayley y el movimiento invencionista. Néstor expresa que, por supuesto, se puede mentir en la poesía; a muchos le sale bien, pero a él, no.
     José María le entrega a Néstor una fotocopia de sus poemas inéditos, la serie “Sueños al ras del suelo”. Comienza a leerlos haciéndonos como Adán y Eva partícipes de la creación. Deseamos que más lectores en un futuro no tan lejano puedan disfrutar y emocionarse como nosotros lo hicimos.
     Como una extensión de este encuentro con Néstor Mux, llega la comida y el buen vino. Y con ellos las anécdotas del poeta que fueron estimuladas por José María Pallaoro quien lo conoce mucho.
     Una de ellas fue con el que fuera su maestro, Roberto Themis Speroni. En un comienzo Néstor le entregaba sus poemas  y éste le decía que no eran malos sino muy malos pero que lo siguiera intentando. Roberto frecuentaba el Banco Municipal donde trabajaba el padre de Mux. En esos encuentros ajenos al arte le mencionó que su hijo escribía muy bien, que iba a ser un excelente poeta pero que no se lo dijera. Su padre mantuvo su palabra hasta la muerte de Speroni. Para Néstor fue una sorpresa y una gran pérdida a la vez. 
   La del Tío Coco fue la más atractiva en cuanto al relato. Coco era el menor de 6 hermanos. Néstor nos dice que siempre le escapó al trabajo. Recortaba del diario esquelas para su jubilación. Todos sabíamos que nunca trabajó. Nos mirábamos y comentábamos que nunca le iba llegar la jubilación. Para nuestro asombro al poco tiempo de morir su jubilación le fue concedida.
    Nos despedimos con un hasta pronto, después de haber disfrutado de un encuentro con Néstor Mux, un encuentro con la poesía.


En Taller La Plata, jueves 2 de agosto de 2018,
Encuentro con el poeta Néstor Mux
Marcelo Steblak, integrante Taller Mundo despierto


Los textos forman parte de estudio en ejercicios de taller.-