"Y recordá / la vida / no es más que estos pedazos de nosotros / compartidos con los demás"

sábado, 24 de diciembre de 2022

ENCUENTRO EN TALLER LA PLATA jueves 22 de diciembre de 2022


PLATÓN 

(…) Que el amor es un deseo, es una verdad evidente; así como es evidente que el deseo de las cosas bellas no es siempre el amor. 


¿Bajo qué signo distinguiremos al que ama y al que no ama? Cada uno de nosotros debe reconocer que hay dos principios que le gobiernan, que le dirigen, y cuyo impulso, cualquiera que sea, determina sus movimientos: el uno es el deseo instintivo del placer, y el otro el gusto reflexivo del bien. 


Tan pronto estos dos principios están en armonía, tan pronto se combaten, y la victoria pertenece indistintamente, ya a uno, ya a otro. 


Cuando el gusto del bien, que la razón nos inspira, se apodera del alma entera, se llama sabiduría; cuando el deseo irreflexivo que nos arrastra hacia el placer llega a dominar, recibe el nombre de intemperancia. Pero la intemperancia muda de nombre, según los diferentes objetos sobre que se ejercita y de las formas diversas que viste, y el hombre dominado por la pasión, según la forma particular bajo la que se manifiesta en él, recibe un nombre que no es bueno ni honroso llevar. Así, cuando el ansia de manjares supera a la vez al gusto del bien, inspirado por la razón y a los demás deseos, se llama glotonería, y los entregados a esta pasión se les da el epíteto de glotones. 


Cuando es el deseo de la bebida el que ejerce esta tiranía, ya se sabe el título injurioso que se da al que a él se abandona. 


En fin, lo mismo sucede con todos los deseos de esta clase, y nadie ignora los nombres degradantes que suelen aplicarse a los que son víctimas de su tiranía. Ya es fácil adivinar la persona a que voy a parar después de este preámbulo; sin embargo, creo que debo explicarme con toda claridad. 


Cuando el deseo irracional, sofocando en nuestra alma este gusto del bien, se entrega por entero al placer que promete la belleza, y cuando se lanza con todo el enjambre de deseos de la misma clase sólo a la belleza corporal, su poder se hace irresistible, y sacando su nombre de esta fuerza omnipotente, se le llama amor. (…)



En Platón. Diálogos, Editorial Porrúa S.A., México, 1979 / De Fedro o del amor / Sin referencia de traductor / Selección: jmp / Imágenes: jmp y Grupo de Taller / 
Platón (Atenas o Egina, c. 427 - 347 a. C.) / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

martes, 20 de diciembre de 2022

EDGAR BAYLEY Hay tantas cosas en el mar



TALLER EDGAR BAYLEY 
(Buenos Aires, 1919 – 1990)
EL MAR 

hay tantas cosas en el mar
por ejemplo
ese verde pez bola con mandíbula
y está la arena
(tus brazos)
el deshielo
que hace que los ríos lleven
risotadas alaridos de espanto
las decepciones
las esperanzas de la gente

muy lejos del mar
adonde se llega descalzo

con hambre
con sed
prisionero de la aurora
del amor ciego
de un nombre
de una ventura
del perdón
muy lejos del mar
hay un pequeño pueblo

el mar la gente son así



En Antología personal, CEAL, 1983 / Foto: jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

sábado, 3 de diciembre de 2022

JUAN GELMAN El temblor de mis labios

Casa Roja / Taller La Plata


TALLER JUAN GELMAN /
(Buenos Aires, 3 de mayo de 1930 – Ciudad de México, 14 de enero de 2014) / 
ESCOLIO / 

     Escribí los poemas de dibaxu en sefardí, de 1983 a 1985. Soy de origen judío, pero no sefardí, y supongo que eso tuvo algo que ver con el asunto. Pienso, sin embargo, que estos poemas sobre todo son la culminación o más bien el desemboque de Citas y Comentarios, dos libros que compuse en pleno exilio, en 1978 y 1979, y cuyos textos dialogan con el castellano del siglo XVI. Como si buscar el sustrato de ese castellano, sustrato a su vez del nuestro, hubiera sido mi obsesión. Como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar raíces en la lengua, las más profundas y exiliadas de la lengua. Yo tampoco me lo explico. 

     El acceso a poemas como los de Clarisse Nikoïdski, novelista en francés y poeta en sefardí, desvelaron esa necesidad que en mí dormía, sorda, dispuesta a despertar. ¿Qué necesidad? ¿Por qué dormía? ¿Por qué sorda? En cambio, sé que la sintaxis sefardí me devolvió un candor perdido y sus diminutivos, una ternura de otros tiempos que está viva y, por eso, llena de consuelo. Quizás este libro apenas sea una reflexión sobre el lenguaje desde su lugar más calcinado, la poesía. 

     Acompaño los textos en castellano actual no por desconfianza en la inteligencia del lector. A quien ruego que los lea en voz alta en un castellano y en el otro para escuchar, tal vez, entre los dos sonidos, algo del tiempo que tiembla y que nos da pasado desde el Cid. 

     J. G

Dibaxu


En Dibaxu, Seix Barral, 1994 / Fotos: jmp / Archivo de La Talita Dorada / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 


Juan Gelman / un poema de dibaxu