LA POESÍA COMO UN CAMINO DE VIDA
Por Elvira Dolores Maison
La poesía de Marina
Moretti revela, por una parte, una vena lírica –en el mejor sentido de esta
palabra– a través de motivos que tienen que ver con su historia personal; por
otra, se transforma en una línea épica que cultiva temas que la exceden y se
detienen en aspectos sociales e históricos que le confieren una validez
universal. Son dos vertientes de su creación que, lejos de excluirse, se complementan
en la búsqueda de una totalidad que ha sido siempre una ambición y un gran
desafío para el ser humano. No se trata aquí de una declamación que se sirve de
la poesía –como podría servirse de cualquier otro soporte artístico– sino de
inquietudes, principios, sentimientos, situaciones, que se convierten, ellos
mismos en poesía.
Digamos que, en Marina Moretti, la poesía no es ningún
pretexto o vehículo, enmascarado o no, para expresar un mundo, sino que ella
misma es ese mundo. Queremos decir con esto que lo que el lector leerá aquí es,
en primer lugar y en su sentido más abarcante, poesía.
Marina Moretti es una creadora, íntima y socialmente
comprometida con la realidad y el mundo que le toca vivir. Lo hace, no
solamente en el campo cultural, sino también en el social, con una ímproba
labor a favor de los marginados y la parte débil de la sociedad, con su trabajo
permanente en el reconocimiento de los derechos de la mujer, compromiso que
también traslada a su labor poética. En este sentido, ella ejerce con rigor y
seriedad su vocación, con responsabilidad frente a las exigencias particulares
y éticas de la escritura y, lejos de proponerse una mera poesía de
circunstancia, eleva a esta a un valor y condición que van más allá de la
coyuntura. Poesía donde la metáfora alterna con la metonimia, la misma no
pierde su contacto y referencia con el objeto a la base de su origen, sino que
lo trasciende, al tiempo que evita estratagemas o vanos juegos retóricos. Así,
su expresión tiende, en primer lugar, a una compenetración entre el objeto de
referencia y la palabra poética que lo designa.
Arqueóloga de profesión, docente, Marina Moretti parece, sin
embargo, haber elegido la poesía como un camino de vida, pero con una fuerte
ligazón con sus estudios. En su parte más lírica, como, por ejemplo, en los
poemas que conforman esa búsqueda nostálgica del ubi sunt, excava en la memoria
con una paleta cuidadosa para encontrar los restos que recrean un tiempo y su
esplendor, el misterio y la felicidad de las cosas atávicas. Ella misma se
confiesa: «y ahora/que he cambiado utensilios/uso las palabras/como bisturí y
paletas/para una excavación delicada/y despiadada/en el fondo de mi alma»,
búsqueda que la llevará a comprender, como una forma de conciliación con el
mundo y el paso del tiempo, que «La felicidad es una mozuela/que siempre
vuelve/a la rambla del domingo/donde todo es fehaciente y familiar». Por otra
parte, los poemas de Atlàntidas,
desde su mismo título, informan ya de esta ligazón íntima entre los
presupuestos de la arqueología y la poesía.
Un libro es tantos libros cuantos lectores tiene. Cuando en
la poesía aparecen –de modo tácito o no– referencias histórico-geográficas (en
nuestro caso Trieste y su mar) el mayor o menor conocimiento de estas se
convierte en uno de los tantos elementos que determinan la lectura. Esta
circunstancia instaura una suerte de complicidad con el lector que domina
semejantes referencias, con las cuales simpatiza,
en el verdadero sentido etimológico del término. Un mérito no menor de Marina Moretti consiste en que esta simpatía
se verifica también a un nivel superior, no ya en la referencia concreta, sino
en la capacidad de metaforización de esta referencia para los lectores extraños
a dicha complicidad. Un hombre es todos los hombres, diría Borges; una ciudad
es todas las ciudades, así como un mar es todos los mares, podríamos agregar.
También aquí la palabra se trasciende a sí misma.
El lector encontrará aquí un mundo hecho poesía, que busca
la sencillez comunicativa, lejos de cualquier banal facilidad y sin renunciar a
la esencia, tan cotidiana como misteriosa, del verdadero trabajo poético, en un
mundo donde, como nos dice Marina Moretti «Para las mujeres es más duro/ vivir
en versos/ si los cuerpos son demasiado verdaderos».
Acerca de:
Marina Moretti (2012). “Lugares recobrados. Antología”,
Edición bilingüe, Libros de la talita dorada (1ª ed.).
Traducción y selección: Elvira Dolores Maison.
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