"Y recordá / la vida / no es más que estos pedazos de nosotros / compartidos con los demás"

sábado, 27 de abril de 2013

Tone Pavĉek, Tone Pavĉek, Saša Pavček: Tres poetas eslovenos

TRES POETAS ESLOVENOS


Por Silvina Perugino

TONE PAVĈEK

Tone Pavĉek viene de la palabra, su  palabra es tajante y cotidiana, sin metáforas ni pretensiones, con ella escribe sus poemas, en los que deja plasmado un recorrido sencillo por su vida, evoca personas, lugares y atmósferas, y deja un sitio privilegiado a sus creencias religiosas.

Con destacable simpleza, comienza el recorrido presentándose mediante el relato del origen: “Vengo de los negros días (…) de las fogosas ciénagas (…) a través de las ruinas y de la noche (…) con el credo de llegar al camino que conduce al día.” Culmina ese recorrido con un reto hacia sí mismo y hacia el otro, de estos lugares viene y viene por la palabra (ese es el reto), la palabra será entonces el paso superador a ese origen.

Tone Pavĉek no sólo utiliza las palabras para contar, para decir, también trabaja sobre ellas en sí, la necesidad de las palabras simples es una constante a la hora de escribir, pero queda también plasmado como principio: “son necesarias muchas palabras simples (…)” dice y habla del amor y del pan y de esas palabras marcando el camino justo. Ese camino que Pavĉek piensa como la necesidad de tomar las cosas en su justa medida, desapasionarse, pensar en la relatividad de lo terrenal y la superioridad de lo divino. La palabra y el justo camino es para el poeta lo que se impone inmediatamente luego de su origen. Dios y la religión recorren su escritura, toma incluso posiciones políticas al respecto como en el poema “Plegaria”. Como parte fundante de la religión aparece entre sus versos el pecado, lo prohibido. Vuelve al final, sobre lo efímero del hombre, lo pequeño “(…) este dolor no es para un solo pecho (…) deberíamos ser millones para repartir las cargas.” Se despedirá volviendo por sobre lo que es: un hombre agradecido de vivir, consciente de lo finito de la vida, buscando en las letras un reconocimiento del cielo, por cierto, difícil de alcanzar.



MARJAN STROJAN.

Si existe la posibilidad a través de la poesía de crear una atmósfera, transmitir sonidos y generar imágenes Marjan Strojan aprovecha al máximo esa posibilidad. El libro azul y otros poemas es una prueba de eso. Portador de una sensibilidad extrema hacia la naturaleza, el poeta nos transporta por caminos vivenciales, palpables con la primera lectura, a nivel de dejarnos con la sensación de haber transitado nosotros mismos esos caminos “el sol en oblicuo/ envía sus destellos sobre las cajas/ de verdura (…)”.
“El libro azul”, poema que da nombre a la antología, representa la búsqueda permanente en que nos encontrarnos, parecerá por momentos un espejo “(…) en él estaba yo, / como quisiera ser (…)”, parecerá la vida misma, con lo que se tiene y con lo que se desea, lo que es, y lo que no será.

La poesía traerá consigo un tono reflexivo, casi de balance; la búsqueda de la verdad, también será uno de los escenarios “(…) todo lo dicho/ se convierte en verdad y todo lo verdadero/ tarde o temprano será dicho (…)”.
El amor en tono nostálgico, las historias de amores encontrados contadas desde una perspectiva narrativa, y de los amores perdidos, ese sentimiento entremezclado con la naturaleza viva en las palabras “(…) sobre las montañas y/ los arroyos, con el viento entre las ramas/suena tu voz, despacio, con claridad,/ aguce el oído, ya que por las noches,/ cuando se oscurecen las montañas y los caminos,/ me quedo por horas sentado en el umbral/esperando algo que no vendrá (…)”.

Strojan es un poeta que habla del amor, de la muerte…, pero no es un poeta cauto, esa mirada atenta sobre la tierra y lo que representa lo hará levantar la voz en ese sentido: “(…)  se suceden veranos tórridos,/ les siguen monzones de epidemias, las tormentas eléctricas centellan,/ silban las sequías (…) tenemos inundaciones y caen piedras/ grandes como huevos/ su palabra tendrá un tono de protesta y de premonición adjunto un mapa, en el que la tierra compitiendo con la arena/ va perdiendo con la velocidad de un Portugal al año”. Los días también se mudan sostiene Marjan dejándonos la idea de que un día puedan prescindir de nosotros, el avance del tiempo, el hombre y las circunstancias que lo llevan a conmover el mundo en el sentido más literal de la palabra, tan intenso será esto plasmado en la escritura, en la poesía ahogada que lucha por salir de ese torbellino, tan impiadoso será ese escenario que “hasta Adán y Eva, los únicos testigos humanos de la /declinación magnética y de la creación del tiempo, se quedarían/ sin palabras”.



SAŠA PAVČEK

La escritura de Saša Pavček en Vísteme con un beso, recorre los temas universales del amor y el desamor, al cual se agrega particularmente la escena y el teatro, traídos por su condición de actriz. “Vísteme con un beso/ cuando, con el paso cansado/ salgo cada noche del escenario.”  Comienza diciendo en un libro que recorre su intimidad más profunda, en la que ella se plegará y plegará su escritura,  reflejando así su intimidad mas profunda.

Saša hace una constante oda a la belleza humana, sus letras ahondan hasta el cansancio acerca del amor al que le dará, incluso, un rol de amuleto contra la muerte “(…) y la muerte espere, se retrase, re retire(…)” dice cuando habla de los besos, de la concreción del amor en su sentido más raso, el contacto con la piel, la pasión, el festejo de los encuentros con el ser amado, la entrega de la mujer al amor casi como un rito que separa al cuerpo de la propia razón “toda entera me desvestiré/desnuda revertiré mi piel/ de la superficie blanca al dorso sangriento/y volveré a arrojarme, otra vez,/ a la palma de tu mano”. Ese ser amado encarnado en la figura masculina tiene un rol principal en su poesía, “(…) ¿puede entonces, con una operación/ (no solo con astucia) sacar de mi corazón/ la imagen masculina/que para mí es más que dios/ (…)”, pregunta a un médico imaginario.

La mujer que refleja la poeta, es sin dudas la partener del varón, busca esa mirada masculina posada en su cuerpo con el aval del deseo, busca la seducción de ese masculino a través de las letras, en función de ese otro ser podrá “ser” o no: “cuando me vacías soy aún nada (…)”.

En función de ese otro también la mujer podrá ser condenada, como en “Chanson”, marcando tal vez una antítesis con muchas poetas que han buscado en las letras un espacio para contrarrestar la mirada acusatoria hacia la mujer a la luz de convenciones culturales y morales, como por ejemplo, el caso de la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, en Redondillas.

El amor tendrá la contrapartida en el desamor:  “(…) en el torbellino de los deseos frustrados (...)” pero la lagrima marina nos encuentra/ en el océano de la aflicción oscura. La soledad, los desencuentros aparecerán en el texto plegando aún más la escritura. Tendrá una pulsión de extender fuera de sí su escritura en “Mi mundo”, pulsión que se desvanecerá enseguida al final del texto donde volverá al amor, visto en su sentido más íntimo, buscando la posibilidad del amor eterno siempre circunscrito a dos seres humanos.


Silvina Perugino,
Abogada. Escritora.
Integrante del Taller Mundo Despierto.

Acerca de:
Tone Pavĉek (2012). “12 poemas”, Libros de la talita dorada (1ª ed.).
Traducción y selección: Juan Octavio Prenz.
Tone Pavĉek (2012). “El libro azul y otros poemas”, Libros de la talita dorada (1ª ed). 
Traducción: Teresa Kores. Selección: Ana Cecilia Prenz Kopušar.
Saša Pavček (2012). “Vísteme con un beso”, Libros de latalita dorada (1ª ed.).
Traducción: Ana Cecilia Prenz Kopušar.
Traducción y selección: Elvira Dolores Maison.

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