TRES POETAS ESLOVENOS
TONE
PAVČEK
Doce veces ríe, doce
veces llora Tone
Pavček.
Sus poemas nacen del silencio, interrumpiéndolo apenas. Sabe que es allí donde
surgen las palabras y las emociones más simples, y sabe que éstas deben ser las
primeras.
Tone es un hombre que
mira, calla y escucha. Se hace paisaje, resopla con el viento, piensa como el
río. Lleva a pastar las nubes y él es vid, trigo y oveja. Es el hijo de un
poema que se llama Ana, guisado delicadamente para saciar el hambre del olvido.
Es quien oye los
salmos que dejaron los labradores en el camino, las tristes melodías de un amor
único, de un dolor esloveno. Es quien enumera los sueños y las ausencias, quien
reparte las cargas de una roca muy grande.
Tone ríe y llora
mientras rastrilla su tierra. Doce poemas se le quedan adheridos. Levanta su
rostro a Dios y éste le sonríe. Llueven flores, las mujeres dan a luz y Tone
mira al cielo, agradecido.
MARJAN STROJAN
Un día Marjan Strojan se desdobló y se perdió.
Buscándose, desde entonces, anda.
Halló rastros de él en
un libro azul que hoy está desaparecido, pues, (como cualquiera sabe), se puede ver sólo lo perdido.
Supo mostrarse
esperándola solemnemente, indagando entre mujeres que hacen compras y toman
taxis. Esperando un viento capaz de atravesar montañas y ríos para traer la voz
de una mujer. Cantando en una lengua incomprensible para una princesa incapaz
de contestarle.
Dos veces en la vida,
(ya que disponía de tiempo), pudo dar fe sobre las coincidencias del amor y las
cortas extensiones de la memoria. Ha conocido muchos lugares, (tal vez sea
preciso adjuntar un mapa), que únicamente saben alejarse. Tropezó con su nombre
buscando algo por el arroyo y escuchó que lo llamaban en la oscuridad, antes
del silencio de la nieve.
Por otra parte, como
es sabido, descree de los pronósticos al igual que de los presagios, pues el
tiempo sólo es ese algo allí afuera.
Marjan busca a Marjan
en algún lugar del planeta, mientras entona, (a la luz de un sol en oblicuo), un lánguido tango esloveno.
SAŠA
PAVČEK
Exhibe su mejilla
besada, su zapato rojo, su trasandado vestido, sus ojos evolucionando con las
estaciones.
Se desnuda de cara a
las luces que dan vida al escenario y recita. Revela las desvaídas líneas de la
mano, la axila en reposo, el tacto divino de los suspiros, el corazón
rompecabezas. La femineidad que no puede heredar, la pregunta que no ha de
conducir a la felicidad.
Atenta al eco de su
voz, se escucha cuando le habla, cuando lo llama, lo aleja, lo añora o le
agradece. Él es una excusa repetida para convocar la pasión, llevarla hacia la
pista, sacudirla, hacerla bailar. Revolotea sus faldas y sus obsesiones, sus
ademanes extasiados, sus frágiles gestos de vidrio. Llora lágrimas de sal y usa
un falso “nosotros” que apenas alcanza para ella, para las bestias que la
habitan, o el mundo que anida en su beso.
Saša se viste frente al espejo
con palabras de amor. Se habla y resulta imposible no prestar oídos, no ofrecer
los ojos. Baila y contonea las caderas. Dice seducir a un hombre, pero enamora
a la muerte, la distrae, a fin de que espere, se retrase, o se retire…
Amor Perdía,
Profesora de Historia. Escritora.
Integrante del Taller Mundo despierto.
Acerca de:
Tone Pavček (2012). “12 poemas”, Libros de la talita
dorada (1ª ed.).
Traducción y selección: Juan
Octavio Prenz.
Marjan Strojan (2012). “El libro azul y otros poemas”,
Libros de la talita dorada (1ª ed.). Traducción: Teresa Kores. Selección: Ana
Cecilia Prenz Kopušar.
Saša Pavček (2012). “Vísteme con un beso”, Libros de la
talita dorada (1ª ed.).
Traducción: Ana Cecilia Prenz
Kopušar.
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