DOS POETAS
ESLOVENOS
SEÑALES DE VIDA
Los
12 Poemas de Tone Pavček son una puerta que conduce hacia el mundo más íntimo
del autor esloveno. De la sencillez de sus palabras surge una honda nostalgia
que proviene de la identidad y la cultura.
Hay
en la obra del “caballero del vino” (*) una vehemente comprensión de la absurda
ambición humana. Ha inmortalizado, tanto en sus ojos como en sus textos, los
paisajes de su tierra y vides, muchas veces devastadas, pero siempre en “espera del verdor”, porque “quizás, después, los horizontes estén más
cerca/ y podamos cargar más fácilmente las cruces/ y cantar libremente/
nuestras tristes melodías”.
Desde
su lugar contempla con retrospección el devenir de la historia y propone “mucho silencio” para oír el latir de la
naturaleza y el corazón de los hombres para que sólo ellos “nos muestren el camino”.
Habla
de las injusticias y la guerra que castigó a su pueblo. Denuncia el hambre que
“devora el cuerpo y flagela el alma”, pero con el optimismo propio de quien ejerce
un constante homenaje a la vida.
Tone
Pavček exhorta a ahuyentar la oscuridad a través de palabras simples como “pan, amor y bondad”, adjudicando al
léxico una fuerza vital transformadora.
La
historia de su tierra y sus antepasados se confunde con la suya propia. Unifica
la esencia del universo en un latir unánime y afirma: “la fortuna es que todo pasa”, porque sabe que “este dolor no es para un solo pecho”.
Con
aceptación es testigo de la marcha y del final y agradece al cielo el “instante fugaz atrapado/ en la existencia
eterna” porque la vida es “solo esto
y nada más”.
(*)
Puesto que en su tiempo libre Pavček cultivaba un tipo de vid llamada refošk,
era conocido como el "caballero de vino".
POESÍA VITAL
De
“Vísteme con un beso” emerge una fuerza arrolladora con la cual Saša Pavček nos introduce en su propia pasión. “Algo bulle” en la poeta y actriz eslovena que no pide compasión a
la existencia, sino que le exige todo, incluso la brutalidad.
No
huye del dolor, lo espera y presiente. Quiere todo y va por ello: “si eres un gemido, que duela”. La
palabra, que no siempre le alcanza, pretende esbozar el estado de su espíritu y
su piel y recurre al arte para no asfixiarse.
La
vida es ese encuentro que le da sentido y espanta a la muerte. Las alas más que
el propio vuelo y el recuerdo que la inmortaliza. Urgente y observadora, indaga
en los detalles de lo que el escenario le propone: un rostro, una sensación o
un sonido. En cada uno se funde y sintetiza.
En
ocasiones se muestra incapaz de nominar aquello que la aturde y desborda: “tu nombre es la eufonía/ que he perseguido/
y me ha embrujado con su sonido/ tanto que no logro pronunciarlo”.
Lo
“no llamado” es lo sublime que emerge
de un ser o un instante y que basta para llenar la vida, esa que le pertenece
pero que a veces extiende al mar, la nube o la roca.
Saša
Pavček afronta con conciencia el “destino demente”. No se pregunta “por qué mana del cielo”, sino que busca
impregnarse de “su eterno misterio”.
Su poesía visceral arde, como la sangre en sus venas. Va por todo aquello que
“no sé qué es/ pero me significa todo”.
Margarita Eva Torres,
Periodista.
Escritora.
Integrante del Taller Mundo despierto.
Acerca de:
Tone Pavček (2012). “12 poemas”, Libros de la talitadorada (1ª ed.).
Traducción y selección: Juan
Octavio Prenz.
Saša Pavček (2012). “Vísteme con un beso”, Libros de latalita dorada (1ª ed.).
Traducción: Ana Cecilia Prenz
Kopušar.
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